El jefe de Gabinete cuestionó a algunos sectores empresarios que generan una sensación de mayor temor del que debería tener". Reconoció que el déficit fiscal actual "no es sostenible a mediano plazo".
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, afirmó que el Gobierno recibió al país “en terapia intensiva con un montón de cosas” pero resaltó que ya está “saliendo de terapia intermedia”, a la vez que reconoció que el déficit fiscal actual “no es sostenible a mediano plazo”.
El funcionario también cuestionó a algunos sectores empresarios “un poquito conservadores, que generan una sensación de mayor temor del que debería tener”.
Además, Peña habló de las discusiones internas dentro de Cambiemos y destacó que “ninguna de las críticas, sea de (Elisa) Carrió, sea de Emilio (Monzó) ahora, ponen en duda hacia dónde vamos, lo que queremos hacer ni lo que estamos haciendo”.
El jefe de Gabinete sostuvo que hacia futuro se deben dar debates “sobre temas graves que todavía persisten, particularmente nuestro déficit fiscal” el que, alertó, “no es sostenible a mediano plazo”.
“Tenemos que lograr entender cómo, entre el crecimiento y buenas políticas públicas, llegar a ese equilibrio fiscal”, apuntó Peña en una entrevista que publicó hoy el diario La Nación.
Consultado sobre el pronóstico electoral para el año próximo, respondió que “la mayoría de los argentinos sigue ratificando y apoyando un proceso de cambio, y que eso el año que viene va a ser más fuerte”, pero admitió que “cuanto mejor se esté en lo económico, más fácil va a ser”.
A poco de cumplirse el primer año de gestión, el funcionario sostuvo que los principales logros fueron haber generado “confianza, porque es imposible que el sistema funcione si no hay confianza en los que gobiernan”, además de “un mensaje claro de que sin instituciones no tenemos futuro como país y la importancia de ir jerarquizándolas”.
“También el vínculo con el mundo y el ordenamiento macroeconómico, aun sabiendo que fue un año duro para el bolsillo. También la puesta en marcha de la obra pública, sin corrupción, que concluye en término. Ésa es la siembra que hemos hecho para empezar a cosechar el año que viene”, enumeró.
Para Peña, “la metáfora de la Argentina y su economía es que el 10 de diciembre, después de una larga fiesta, fuimos al chequeo médico y nos internaron en terapia intensiva con un montón de cosas”.
Sin embargo, resaltó que “obviamente no es lo mismo que si te agarra un infarto”, no obstante aseguró que “ya estamos saliendo de terapia intermedia”.
El jefe de Gabinete sostuvo que hay “una ansiedad lógica” en la sociedad, que se pregunta: “¿Se va a reactivar?”, y sí, se va a reactivar, porque se están tomando las medidas necesarias”.
Cuestionó que “genera frustración cuando uno ve cierta mezquindad” porque “la Argentina tiene una oportunidad enorme, pero tenemos que salir del corto y mirar al mediano y largo, y eso no depende sólo del Gobierno”.
En cuanto a la reforma política -que consiguió media sanción en Diputados, pero quedó trabada en el Senado-, puntualizó que el proyecto “no se cayó” sino que “lo que ocurrió fue que el bloque PJ-FPV tomó la decisión de no tratarlo”.
“Seguimos pidiendo dar la discusión, y si no la quieren dar, la seguiremos peleando. La inmensa mayoría de los argentinos y de los dirigentes políticos no quiere seguir votando con este sistema obsoleto y tramposo de la boleta de papel. Salvo Cristina Kirchner. La discusión no es chip sí o chip no. La discusión es cómo se define el poder en la Argentina”, indicó.
Ante la pregunta sobre cómo se imagina la Argentina para fines de 2017, contestó que “vamos a estar cerrando un año de crecimiento, donde habremos visto a una Argentina que ratifica el rumbo del cambio. Y que nos permite pasar a la siguiente generación de temas necesarios para lograr el desarrollo”.